El canciller cubano, Bruno Rodríguez,
anunció hoy en Washintong que a partir de enero próximo la isla pondrá
en vigor nuevas regulaciones migratorias, entre las cuales se incluyen
permitir la entrada de ciudadanos que abandonaron el país caribeño
ilegalmente.
En ese caso se exceptuarán las
personas que hayan salido a través de la Base Naval norteamericana que
se ubica en Guantánamo, en el oriente cubano, en contra de la voluntad
del pueblo y del gobierno de la isla.
Tal excepción se debe a los graves riesgos
de ese tipo de actos para la seguridad nacional y para la propia
integridad de las personas que los realizan, precisó el ministro de
Relaciones Exteriores.
A partir del venidero 1 de enero también se
eliminará la habilitación de pasaportes para los viajes a la nación
antillana, y se autorizará la entrada y salida de ciudadanos cubanos
residentes en el exterior en embarcaciones de recreo por las marinas
turísticas internacionales Hemingway, en La Habana, y Gaviota, en
Varadero.
Las medidas, que fueron recibidas con
vítores por los casi 130 asistentes al evento que se celebra en la
Universidad de Howard de esta capital, también comprenden el fin de los
requisitos para los hijos de cubanos nacidos en el extranjero.
De ese modo, los descendientes podrán obtener la ciudadanía cubana y contar con la identificación de la isla.
El gobierno de Estados Unidos cierra y Cuba
abre, afirmó el canciller cubano en referencia a recientes medidas
adoptadas por la administración norteamericana como la reducción del
personal en las embajadas en las capitales de ambos países, con lo cual
se suspendió la entrega de visas estadounidenses en Cuba.
De acuerdo con Rodríguez, estas nuevas disposiciones del gobierno cubano dan continuidad a las vigentes desde enero de 2013 .