Llevaba ropa negra tipo militar, un chaleco antibalas y un fusil de
asalto. Así vestido, Devin Kelley abrió fuego dentro de una iglesia en
una pequeña comunidad del sur de Texas, Estados Unidos. Murieron 27
personas y por lo menos otras 16 resultaron heridas.
Por su parte, el Pentágono confirmó que el sospechoso había prestado
servicio en la Fuerza Aérea en algún momento. De hecho, una vocera de la
Fuerza dijo anoche que Kelley fue dado de baja del servicio por mala
conducta, ante acusaciones de que agredió a su esposa e hijo, y fue
sentenciado a 12 meses de cárcel tras un juicio militar en el 2012.
Asimismo, confirmó que prestó servicio en el área de Preparación
Logística en la Base Holloman de la Fuerza Aérea en Nuevo México de 2010
hasta su licencia.